sábado, 29 de noviembre de 2014

GESTION DE PASTOS

GESTION DE PASTOS

Nuevas Tendencias en el Manejo de los Pastos para Caballos

Los caballos comen hierba. Parece un concepto fácil, incluso simplista, pero es algo que a veces olvidamos.
El pasto es bueno para el caballo y el caballo es bueno para el pasto. El prado no se estropea por el pastoreo de los animales. Todo lo contrario, si el animal come una parte de la planta y remueve la tierra al caminar en su justa medida, estimula el crecimiento de las plantas y el desarrollo del pasto.
Si podemos manejar correctamente a nuestros caballos basándonos en un buen pasto, respetaremos la naturaleza de los animales, que serán más felices, y además podremos aportar una parte de su nutrición. ¡Y un detalle muy importante! - ¡Ahorraremos dinero!
Por el contrario; si manejamos incorrectamente el prado y la forma en que el caballo pasta, este puede padecer problemas digestivos como cólicos o laminitis, y podríamos gastar más en fertilizantes, mano de obra, riego y semillas que lo que hubiésemos gastado en comprar un buen heno, cereales y equilibradores para completar su dieta sin recurrir al pasto.
¿Cuáles son los números básicos que deberíamos tener en cuenta?
Si un caballo consume diariamente un 1,2% de su peso corporal en forraje de algún tipo (medido en materia seca), y el heno está a 0,22 €/ kg… El gasto en forraje de un caballo que pese 500 Kg. será de unos 482 € al año aproximadamente. Por tanto, si tenemos una explotación de 10 caballos, el gasto en forraje será suficiente como para estudiar diferentes manejos para reducir el coste anual de este alimento imprescindible para el caballo.
¿Qué es la presión ganadera?
La presión ganadera define cuántos caballos pueden vivir de la hierba en un prado. La presión ganadera típica de un “buen pasto” (Supongamos un prado verde de 1 hectárea en Cantabria), suele ser aproximadamente de 1 caballo por hectárea. En primavera, la presión ganadera puede soportar 1,5 caballos o incluso 2 caballos por hectárea. En agosto, cuando el verano ha sido duro y seco, la presión ganadera de ese mismo prado puede bajar a 0,5 caballos o incluso ningún caballo.
Recientemente tuve la oportunidad de participar en un curso de manejo de pastos organizado por la Finca la Donaira, en Ronda y proporcionado por Joel Salatin, el famoso granjero de Estados Unidos que está revolucionando el manejo de los prados, optimizando la fertilidad de la tierra y aumentando radicalmente la presión ganadera.
Este curso me hizo cuestionar nuestros actuales manejos de pastos y me creó inquietudes de cómo aprovechar este recurso natural de mejor manera.
Cómo aumentar la presión ganadera
Una forma de aumentar la presión ganadera es asegurar que los caballos coman la mayor cantidad del pasto disponible. Los caballos no deben pisotear ni malgastar las plantas.  Si reducimos el área del pasto disponible, obligamos a los caballos a ingerir mayor cantidad de las plantas. Pasadas 24 horas, abrimos la siguiente zona del prado y cerramos el espacio ya utilizado para que descanse. Esto describe el ciclo natural de un prado perenne con herbívoros. Para conseguir este manejo nos podemos servir de pastores eléctricos.
Un cambio de prado cada 24 horas requiere una infraestructura diferente de pastos móviles. Esto suena complicado, pero es una costumbre ya utilizada en Galicia y otras zonas que tienen que aprovechar los pastos al máximo.
Según Joel Salatin, la rotación del prado cada 24 horas es porque los caballos comen al principio lo que más les gusta y van a otras plantas después. La flora intestinal del caballo se hace específica para el tipo de planta que ingiere, y si consume diferentes plantas cada día, se debilita su flora intestinal y aumenta el riesgo de trastornos digestivos.
La siguiente clave para aumentar la presión ganadera en un pasto es aumentar la velocidad de crecimiento de las plantas y la renovación del pasto. Las plantas crecen más rápidamente si se las corta cuando están en la fase de crecimiento de adolescencia. O sea, la actividad de pastar es buena para el crecimiento de la planta, pero solo si la planta se encuentra en la fase correcta de crecimiento.
¿Cómo se define la madurez del pasto?
Un pasto joven es un pasto en el que la mayoría de las plantas no han llegado a florecer. Estas plantas son frágiles, y si soltamos los animales al prado durante esta época, se puede perjudicar la cantidad de forraje producido. El pisoteo de los animales en esta fase de crecimiento puede Incluso matar a la planta y perjudicar seriamente la red de raíces.
Un pasto adolescente es un pasto que tiene la mayoría de sus plantas en flor. Un pasto adolescente crece rápidamente y es el idóneo para ser utilizado en la mayoría de los casos para los animales. La actividad metabólica en un pasto adolescente es mucho mayor que en un pasto joven o en un pasto adulto.
Este pasto no se estropea por el uso de los animales. Todo lo contrario, si el animal come una parte de la planta y remueve la tierra porque la pisotea ligeramente, estimula el crecimiento de las plantas y el desarrollo del pasto.
Un pasto maduro es el que tiene ya presencia de semillas en la mayoría de las plantas. Nutricionalmente, este tipo de pasto contiene menor aporte de energía y proteína y mucha más fibra. Un pasto maduro es menos digestivo y no es tan apetecible para los caballos. La semilla que posee se cae al suelo y no es aprovechada por los animales. Y la acción del pastoreo no aumenta la velocidad de crecimiento del pasto cuando está ya maduro.
O sea, uno de los secretos de aprovechar al máximo el prado es tener los animales pastando siempre en las zonas donde las plantas se encuentran en su “adolescencia” y luego permitir que el espacio pastoreado descanse hasta que las plantas una vez más vuelvan a la crecer.
Si observamos como maduran las plantas en los diferentes espacios de una finca, notaremos que hay espacios donde las plantas están más maduras. En una colina, en la parte de la falda orientada al sur madurará antes el pasto que en la zona que da al norte.
Según el Sr Salatin, podemos aumentar la presión ganadera en hasta 10 veces si hacemos este manejo con arte.
Bienvenido a la idea del diseño de pastos según la línea topografía de los suelos, también conocido como “Manejo Keyline” de pastos
El “Manejo Keyline” de los pastos propone una división de los prados según cuando se prevea que van a madurar las plantas, no según cuadrados imaginarios o naturales. De esta forma dejamos acceso a los animales en el momento óptimo de madurez de la hierba. Este tipo de manejo se nota enseguida, pues observaremos prados con formas “raras” y desiguales. También se puede observar claramente que los animales están comiendo un espacio controlado y después el espacio se cierra y descansa, ya que hay variaciones en los tonos de verde en todo el espacio del pasto, según los días que hayan pasado desde el paso de los animales por cada espacio.
Se debe variar el tamaño de cada prado según la cantidad de hierba presente y las necesidades nutritivas de los caballos. Por ejemplo, las yeguas lactantes necesitarán más pasto que los caballos maduros. Se nota si estamos acertando con el tamaño de los prados por la forma de las heces de los caballos y por las variaciones de su peso. Si adelgazan, hay que aumentar el espacio disponible. Si las heces son aplastadas, el pasto es demasiado fuerte y los caballos necesitarán más fibra y por tanto cambiar a un prado con más madurez. Si las heces tienen forma de  bolas, el pasto es demasiado fibroso y habrá que utilizar una parte del prado con menor madurez.
Para ser realista, tenemos que tener en cuenta que en muchos lugares de España, hay épocas en las que no podemos manejar a los caballos con pasto como única fuente de forraje. Lo que hay que lograr de año en año es intentar reducir el gasto en adquisición de forrajes y producir la máxima cantidad de forraje en la explotación. En un año de mucha lluvia y sol, lo suyo es dejar pastar a los caballos y producir nuestro propio heno con el pasto que sobre, e incluso almacenarlo para los momentos de “vacas flacas”.
Como aumentar la fertilidad del pasto
Los fertilizantes son caros. La aplicación de fertilizante en los pastos es uno de los mayores gastos que tendremos en una explotación ganadera, si queremos mantener un prado nutritivo y en buen estado.
¿Es posible dejar de utilizar fertilizantes químicos?
A mí me ensenaron que la fertilidad de la tierra no es mejorable... ¡O tenemos buena tierra o no la tenemos! No podemos aspirar a tener una tierra negra y espesa, llena de nutrientes si compramos una finca llena de piedras con un suelo arcilloso… Sin embargo, según el señor Salatin, podemos cambiar radicalmente la fertilidad de la tierra con un manejo diferente. Esto es un cambio radical de la filosofía de manejo de pastos y si funciona, nos puede cambiar hasta la vida.
El primer paso es proteger la presencia de agua en la tierra y no romper las raíces de las plantas. Las raíces guardan la humedad, bacterias y hongos imprescindibles para el bienestar del pasto. Si queremos introducir semillas en la tierra, hay que utilizar la nueva maquinaria diseñada para no arar la tierra. La tierra arada se seca. La tierra seca pierde agua y nutrientes o es incluso llevada por el viento.
Esta es desde luego, una diferencia radical con respecto a las prácticas de labrar la tierra que conocemos. Cada vez que abrimos la tierra, quitamos humedad, reducimos la fertilizad, destruimos el sistema de raíces de las plantas, y la tierra tiene que desarrollar toda esa base de nuevo antes de que pueda producir pasto otra vez.
Cuando los animales pasan por la tierra, la pisotean, rompen las plantas y dejan sus heces. La combinación de heces con plantas (“marrones con verdes”) crea una materia orgánica que es un fertilizante inmejorable.
El último paso para aumentar la fertilidad de la tierra es dejar acceso a los pastos a gallinas (con gallineros portátiles). Las gallinas buscan las lombrices presentes en las heces de los animales, y al hacerlo mueven las heces de tal manera que entran mejor en el suelo. Y sus propias heces son fertilizante puro. O sea, la presencia de gallinas completa el círculo que nos permite fertilizar naturalmente los pastos ahorrando una fortuna. Incluso, con el paso del tiempo, las capas de heces y plantas forman una tierra negra y tremendamente rica. Y un pequeño detalle, las gallinas ponen huevos, un regalo siempre agradecido por todos los amigos.
El aporte de minerales en el forraje
El aporte nutricional del forraje depende de la calidad del suelo y el contenido en minerales de este. La calidad del suelo depende directamente de cómo manejamos el pasto. Esta enseñanza es un cambio radical que he recibido desde la Universidad de Michigan y es uno de los puntos que tenemos que estudiar seriamente en España. La idea es que tenemos que vivir con lo que tenemos y añadir los minerales que necesitamos a base de fertilizantes para potenciar el crecimiento de las plantas.
¿De dónde vienen los minerales?
Los minerales vienen de las rocas, conchas de caracoles, y descomposición de plantas y animales en el prado. El proceso de descomposición de biomasa emite CO2 y cuando este reacciona con el agua, crea ácido carbónico. El ácido carbónico descompone las rocas y estas sueltan sus minerales a la tierra.
Tenemos que hacer un inciso dirigido directamente a la explotación dedicado a la producción del caballo de deporte. Hay ciertos minerales que necesitamos para los caballos, que NUNCA están presentes en las cantidades necesarias, sobre todo para yeguas gestantes y potros de deporte, como por ejemplo el cobre, manganeso y zinc. Sabemos que estos minerales se tienen que proporcionar en la dieta por otras vías.
A largo plazo, debemos medir la productividad del prado, comparándola entre un año y otro. Hay que observar el rendimiento de los caballos (como mantienen su peso) y el rendimiento por hectárea; es decir, cuántos caballos pueden comer por cada hectárea de superficie. Esto oscilará según la época del año entre 1,5 en primavera  y 0 en épocas de de sequía. En un prado manejado correctamente, Sr Salatin nos dice que podremos aumentar la presión ganadera hasta 10 veces.
¡La gente de campo somos incrédulos, pero insisto que habrá que estudiar si podemos aplicar por lo menos una parte de estas ideas!
Todo esto ha sido un humilde sumario de un curso de 3 días que impartió Joel Salatin, un granjero de los pies a la cabeza, cuya reconocida fama le da el título de mejor granjero del mundo, y que está sobradamente experimentado en estos procedimientos. Creo que esta información básica será interesante para los que queremos mejorar el manejo de nuestros caballos y proteger la tierra. A este curso asistieron unas 100 personas y hay un fuerte movimiento en España para explorar las posibilidades de este tipo de manejo.
Si deseas más información sobre el proyecto La Donaira, puedes contactar con:
Si deseas más información sobre este tipo de manejo de pastos puedes contactar con:

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